sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Por qué se extinguieron los Neandertales?

Durante mucho tiempo, la paleontología creyó que el hombre de Neandertal era el antepasado del Cromagnon, nuestro más cercano antecesor. Sin embargo pruebas genéticas recientes prueban que estas dos especies no están directamente relacionadas. Se presume, en cambio, que ambos comparten un antepasado común que vivió en África. En algún momento, se produjo una separación entre los individuos de este antepasado común y, mientras algunos permanecieron en África, otros emigrarían hasta Oriente Medio y a Europa.
El Neandertal en su evolución se adaptó particularmente a los extremos del frió europeo, hace cerca de 500.000 años. Era un ser robusto, de estatura de 1.55 m o menos, de mandíbula fuerte, adaptado a la ingestión de carne. No se sabe si podía hablar, pero se intuye que probablemente era así. Fue el primer homínido en sepultar a sus muertos con objetos personales y objetos fúnebres, así que se cree que tenía alguna forma de percepción religiosa.
El hombre de Cromagnon era más alto (1.70 m de media), de cabeza más redonda, nariz más pequeña, mentón sobresaliente y frente más alta.  Una capacidad clave para la supervivencia del Cromagnon fue su talento para dibujar. Aprendió como correlacionar las migraciones de los animales, las características del terreno e incluso la posiciones de la estrellas y la luna como puntos de referencia en sus viajes de cacería. Podía encontrar su camino y saber si era o no época propicia para la caza.
Los antropólogos, desde siempre, han buscado sin éxito pruebas que certifiquen por qué se extinguieron los Neandertales. Se han barajado hipótesis tales como la falta de adaptación a los cambios climáticos, la escasez de alimentos e incluso alguna epidemia. Sin embargo, Fernando Rozzi, experto del Centre National de la Récherche Scientifique (París), publicó en 2009 un artículo en el Journal of Anthropological Sciences, en el que afirmaba que no hay Neandertales porque “nos los comimos a todos”.

 Su conclusión se basa en las marcas que existen en una mandíbula de neandertal encontrada en Les Rois. Los cortes que presenta este hueso coinciden con otros encontrados en osamentas de otros animales que sirvieron de alimento a los seres humanos de esa época. Existen además muchas otras pruebas circunstanciales que avalan esta idea. Lo cierto es que estos homínidos que  se las ingeniaron para sobrevivir varias edades de hielo, desaparecieron aproximadamente  para cuando los seres humanos llegaron al continente europeo, provenientes de África. 

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